Necesitamos más, esperamos más de la UNAM

 Necesitamos más, esperamos más de nuestra Universidad

Al Consejo Universitario de la UNAM

A la opinión de la comunidad universitaria de la UNAM y en general

El 22 de febrero entregamos una carta a las autoridades universitarias exponiendo las razones por las cuales exigimos no sólo un pronunciamiento contundente de la UNAM condenando el genocidio en curso contra el pueblo de Palestina, sino también la cancelación de todo tipo de intercambio y convenios con las universidades del estado de Israel.[1] Ante el silencio de Rectoría, promovimos que se incorporara la carta al orden del día de la sesión del Consejo Universitario del día 21 de marzo.[2] Sin embargo, antes de la sesión, ya había sido publicado en la Gaceta UNAM del mismo día un pronunciamiento con cuatro puntos.[3] El pronunciamiento no está firmado ni por Rectoría ni por ninguna otra autoridad universitaria y aunque aparece como “Destacado” en la versión electrónica de Gaceta UNAM, no fue difundido en las cuentas de redes sociales oficiales. Distinguimos a los consejeros que en dicha sesión valientemente se pronunciaron en solidaridad con Palestina de aquellos que no lo hicieron o que incluso llegaron a negar la existencia del pueblo palestino. Al final, la deliberación del Consejo Universitario se redujo o a aceptar el pronunciamiento ya publicado o a redactar otro, quedando excluida totalmente la posibilidad de que la UNAM realice acciones contundentes para detener el genocidio del pueblo palestino, como la cancelación de colaboraciones con universidades de Israel.  Posteriormente, el rector Leonardo Lomelí dio una entrevista para UNAM Global TV, en la cual dio sus razones para no suspender relaciones académicas con Israel.[4]

      Ante estos hechos, nos vemos obligados a dar una breve respuesta.

      En primer lugar, nos complace haber favorecido un pronunciamiento público por parte de la UNAM y más todavía de que éste haya sumado su voz a la exigencia internacional de exigir el urgente alto al fuego y permitir el imperioso ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, así como condenar los asesinatos de colegas académicos, profesores, estudiantes y artistas, la destrucción de acervos culturales, de universidades e instalaciones escolares en la zona.

      En segundo lugar, subrayamos la mesura de la redacción del pronunciamiento de no llamar al crimen cometido por Israel en contra del pueblo palestino genocidio, así como la omisión de cualquier mención de Cisjordania y de los crímenes de ocupación colonialista, despojo, apartheid, limpieza étnica, encarcelamiento y tortura masivos, migración forzada, obstaculización de la atención médica y humanitaria, entre muchos otros. Como académicos, al responsabilizar al estado de Israel por genocidio y otros crímenes, lo hacemos no sólo desde nuestros múltiples saberes, sino también con base en las más rigurosas investigaciones académicas, científicas y legales, con conciencia histórica y al calor de uno de los movimientos por la paz mundial más formidables de la primera mitad del siglo en curso, y el cual encabeza el pueblo palestino. Incluso ahora que el Consejo de Seguridad ha aprobado una resolución pidiendo un alto al fuego durante el mes de Ramadán,[5] continúa el riesgo de que esta pesadilla se siga perpetrando y de que no haya justicia completa y duradera.

      Por último, el argumento en contra de la exigencia de suspender toda relación con instituciones académicas y científicas de Israel fue que no se cuenta con evidencia de que estas instituciones participen del genocidio y que incluso si éste fuera el caso, de hacerlo, se impediría el apoyo a comunidades académicas que son críticas de la política Israel. El pronunciamiento de la UNAM se emite después de más de seis meses de genocidio y de que colegas, estudiantes y activistas sean víctimas de persecución y censura dentro de Israel, pero también en Estados Unidos y Europa.[6] Es un hecho que las universidades y el sistema educativo en Israel participan de una estrategia militar.[7] Sin embargo, cualquier pronunciamiento de una institución que no esté acompañado de acciones públicas y contundentes corre el riesgo de enmascarar la complicidad de colaborar con un estado y con instituciones absolutamente reprobables en sus políticas, e incapaces de ceñirse a ninguna norma internacional. Por ello, muchas universidades en el mundo han optado por sumarse al boicot en lo que nos compete, que son los convenios de intercambio académico y científico. Insistimos en que la suspensión de la Cátedra Rosario Castellanos (SRE-Universidad Hebrea de Jerusalén, 1997) y de las becas otorgadas a estudiantes mexicanxs por el Instituto Weizmann de Ciencias,[8] así como de la compra de productos y servicios de empresas que sostienen abiertamente el sionismo genocida del estado de Israel, como IBM, HP, etc. listadas por el Movimiento BDS,[9] puede mediante la presión contribuir a detener el genocidio.

      Las universidades públicas tienen una responsabilidad en la construcción de “lo público” y, por ello, seguiremos hablando de Palestina, porque Palestina no es un lugar lejano, sino que es un reflejo del mundo que hoy habitamos. Por ello también, necesitamos más, esperamos más de nuestras autoridades y continuaremos trabajando para construir la UNAM que queremos.

Atentamente,

Académicxs con Palestina, contra el genocidio-UNAM



[1]     https://academicxsconpalestina.blogspot.com/2024/01/carta-las-autoridades-universitarias.html

[2]     A partir del min 4:32:33: https://www.youtube.com/watch?v=vVvfT0pWPY8

[3]     Gaceta UNAM, número 5,461, ISSN 0188-5138, p.35

[4]     https://www.youtube.com/watch?v=ovheb0q-aq8

[5]     https://news.un.org/es/story/2024/03/1528586

[6]     Algunos casos de la escandalosa censura académica que hay en Israel han sido los de Meir Baruchin (https://www.democracynow.org/2023/11/22/meir_baruchin) o Nadeera Shalhoub Kevorkian (https://mondoweiss.net/2024/03/call-to-action-support-academic-freedom-for-nadera-shalhoub-kevorkian/) o Nurit Peled Elhanan (https://www.nytimes.com/2023/11/02/opinion/israel-free-speech-hamas-palestine.html). El movimiento Im Tirzú es reconocido por su persecusión a docentes, estudiantes y otras formas de opresión, véase Wind (2024), 126, 127, 128–9, 130, 132–3, 166, 167, 199 citado abajo. Esta censura existe también en el exterior. En Estados Unidos, Claudine Gay, tras ser víctima de múltiples ataques racistas fue obligada a renunciar a su cargo de rectora de Harvard por su apoyo a Palestina (https://jacobin.com/2024/01/claudine-gay-palestine-solidarity-elizabeth-magill-free-speech-higher-education-antisemitism, https://www.nytimes.com/2024/01/02/us/claudine-gay-resignation-letter-harvard.html) Alemania el caso de Ghassan Hage es emblemático (https://www.weavenews.org/stories/2024/2/9/ghassan-hage-statement-regarding-my-sacking-from-the-max-planck-institute-of-social-anthropology, https://mondoweiss.net/2023/12/pro-palestinian-speech-is-now-effectively-banned-in-german-universities/, https://diefreiheitsliebe.de/politik/deutsche-universitaeten-repressionen-gegen-palaestina-solidaritaet/). En el Reino Unido, académicos y estudiantes son víctimas de censura (https://www.middleeasteye.net/news/israel-palestine-war-uk-social-media-surveillance-culture-fear-campuses) y las universidades británicas son cómplices de la opresión del pueblo palestino (https://palestinecampaign.org/university-complicity-database/). Otro tanto puede decirse de Francia (https://www.humanite.fr/en-debat/palestine/appel-du-monde-academique-francais-pour-la-palestine-arret-immediat-de-la-guerre-genocidaire). Esta no pretende ser una nota exhaustiva, la evidencia abunda.

[7]     Para entender cómo es que las universidades de Israel como parte de un sistema educativo mundial participan de la opresión del pueblo palestino, recomendamos el reciente libro de Wind, M. (2024) Towers of Ivory and Steel. How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom. Verso, Londres y la bibliografía ahí citada. Véase también la declaración de PACBI: https://bdsmovement.net/news/israel%E2%80%99s-universities-pillar-occupation-and-apartheid. Para la Doctrina Dahiya, la cual fue desarrollada en la Universidad de Tel Aviv y su relación con crímenes de guerra véase Khalidi, R. (2014) “The Dahiya Doctrine, Proportionality, and War Crimes” en JPS 44 5-13.

[8]     https://www.institutoweizmann.org/campamento-cientifico/

[9]     https://bdsmovement.net/es

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