Respuesta al comunicado de la UNAM del 20 de mayo

El pasado 20 de mayo Gaceta UNAM publicó un comunicado dirigido a la comunidad universitaria, a los grupos pro Palestina firmantes y a la sociedad en general. A través de este pronunciamiento, como Academicxs con Palestina contra el genocidio, hacemos pública nuestra respuesta.

Nuevamente se publica una carta a nombre de toda la universidad, sin firma alguna, ni del Rector, ni de otra autoridad universitaria. El comunicado inicia manifestando “un profundo pesar por los graves acontecimientos que desde hace meses ocurren en la Franja de Gaza” y prosigue enfatizando la necesidad de adoptar medidas claras y contundentes. Nos gustaría saber cuáles serían estas medidas en nuestra Universidad, ya que desde el 7 de octubre no hemos conocido ninguna por parte de nuestra institución que no sea sólo declarativa. 

Desde hace varios meses, hemos solicitado ante la Rectoría de la Universidad, así como ante el Consejo Universitario, precisamente una declaración de condena al genocidio que tiene lugar en este momento en aquel territorio. La Universidad Nacional Autónoma de México debe nombrar y caracterizar como genocidio a lo que sucede hoy en Gaza y Rafah. Los diversos informes de distintas instancias de Naciones Unidas así como los argumentos presentados en la Corte Penal Internacional por Sudáfrica, a la que se ha sumado México, así lo establecen. La UNAM no puede ni omitir ni evadir llamar a lo que sucede en Palestina por su nombre: genocidio. 

Esperamos que el comunicado no tenga solamente intenciones mediáticas. Pensamos que la respuesta de la institución debería partir de escuchar lo que los tres sectores de la comunidad universitaria (académico, estudiantil y administrativo) hemos señalado desde hace meses: existen relaciones académicas entre la UNAM y universidades israelíes cómplices de la política sionista que, ante la situación actual, deberían ser suspendidas. En efecto, es bien sabido que muchas de esas instituciones se encargan a menudo del desarrollo de programas tecnológicos para la guerra. 

Por ello, en solidaridad con el movimiento estudiantil en México y con el movimiento internacional en solidaridad con Palestina y contra el genocidio y en especial en solidaridad con el alumnado y con el sector de trabajadores de la educación en Gaza y en Cisjordania, así como con todo el pueblo palestino, hacemos públicos los convenios que la UNAM tiene con universidades en Israel que tenemos a nuestra disposición, con la intención de que se rompa toda relación con el Instituto Weizmann, con la Cátedra Rosario Castellanos y con todas las entidades de educación superior de Israel. Es responsabilidad de la UNAM hacer pública cualquier otra colaboración académica que se tenga con cualquier instancia de Israel.

El comunicado de marras aduce que “revisará detalladamente y, de ser el caso, procederá a suspender los convenios de colaboración académica con aquellas universidades de Israel que hayan externado algún pronunciamiento contrario a la consecución de la paz y de las tareas humanitarias”. Nos resulta obvio que ninguna institución educativa y de investigación declara públicamente estar a favor de la guerra, aun cuando muchas veces se consagra precisamente a alentarla y a generar conocimiento científico y técnico para ese fin. La académica israelí Maya Wind ha documentado fehacientemente la orientación prioritaria de los centros universitarios israelíes a la ocupación colonizadora de territorios palestinos y a las acciones bélicas en contra de la población Son casos paradigmáticos los de la Universidad Hebrea, con la cual la UNAM tiene vínculos académicos (v. convenio 1convenio 2convenio 3), o de la Universidad Ben-Gurion del Negev, con la cual tiene un convenio (v. convenio).

Por otra parte, aclaramos que, tal y como lo ha demostrado el movimiento estudiantil y magisterial internacional, las universidades en Estados Unidos y en Europa no están exentas de responsabilidad en el genocidio del pueblo palestino. En consecuencia, exigimos a las autoridades de la UNAM que ejerzan toda la presión posible en cualquier universidad que esté o brindando recursos o lavando la imagen de Israel para que desinviertan y sancionen. Ante el genocidio no debe haber cálculos políticos, sino sólo la convicción política y moral de hacer todo lo posible por detenerlo.

Lo que sí es absolutamente transparente es la censura ejercida por las autoridades de muchas universidades israelíes contra los y las académicas que han alzado su voz crítica respecto a la política belicista y genocida de su gobierno ante la cuestión palestina, sobre todo después del 7 de octubre del año pasado. Algunos y algunas de estos miembros del personal académico han sido obligados a renunciar o han sido rescindidas sus contrataciones. Lo mismo ha sucedido en Universidades de  Alemania. 

Una universidad que silencia las voces críticas no merece ser llamada universidad puesto que contradice uno de los principios básicos del espacio universitario, el de ser el ámbito de producción y circulación de ideas diferentes y en ocasiones disidentes. 

La UNAM que durante las décadas aciagas de regímenes dictatoriales en América Latina fue el refugio de cientos de intelectuales acallados y perseguidos en sus países de origen, no puede ser indiferente a esta persecución a la libertad de expresión. Debe reanudar su tradición solidaria con la que se ha distinguido en nuestra región durante tantas décadas siendo clara y enfática nombrando y condenando el genocidio; apoyando la libertad y el pensamiento crítico, promoviendo la solidaridad con nuestros pares en Palestina, terminando con la colaboración con entidades involucradas con el aniquilamiento de un pueblo. La estatura moral de la UNAM proviene de su compromiso con la libertad de ideas, con el pensamiento crítico y, sobre todo, con el respeto a la vida.  El genocidio en Palestina nos está poniendo a prueba.

Académicxs con Palestina contra el genocidio

29 de mayo de 2024



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